Hoy me tengo que cambiar un poco las tuercas y desahogar un poquito mi angustia de los años que me caen sin darme cuenta y separando las conexiones que me mantienen entre la gente, que es más real que mi propia invención.
Porque hoy me acuerdo de alguien, alguien a quien echo mucho de menos y no tengo aquí siempre, y tampoco nunca; alguien que me llama rubia incluso siendo morena, por el dicho "las rubias son tontas"
Y por favor, voy a hacerla merecedora de grandes y caros premios solo por dedicarme estas palabras:
Empieza otro año, un año que no he empezado bien, pero lo que mal empieza bien termina. Y espero que sea lo único que termine este año, que ya bastantes cosas he dejado atrás, y no quiero volver a pasar por eso. Quiero dejar de pensar en qué hice mal, y pensar mas en la multitud de cosas tengo por delante este año.
El viaje no me sentó nada mal, pero parece que fue todo un rápido sueño, que no estuve allí, recorriendo las calles de su mano, dejando huella por donde pasábamos. Mirar las fotos no me consuela, ya que parece un pasado demasiado lejos. El desayuno ya no es lo mismo, y no duermo igual de bien desde que no está.
Intento no pensar en los siete meses que quedan por delante, que supuestamente pasan muy rápido, pero ya se sabe que cuando quieres que el tiempo pase rápido, hace el efecto contrario.
"Te echo de menos" ya es habitual, y eso es lo que más duele, que siempre va a ser así.
Malos pelos, espero que ese sueño haya sido verdad, y que de siete meses, sean seis y cinco, cuesta abajo y sin frenos, porque te lo dejo todo mucho más claro diciéndote que me ahogo si no estás.
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